¿Morirá el término Web 2.0?

Hablábamos hace unos meses de qué es eso de la Web 2.0. El fin de semana pasado, en una cena, un compañero comentaba que no hay dos personas que definan el concepto Web 2.0 de la misma manera. Sin duda, aseguraba, porque nadie sabe realmente a qué se refiere cuando habla de Web 2.0.

Por lógica, si esto es la Web 2.0 es porque ha habido una Web 1.0. Sólo que entonces nadie la llamaba así. Era simplemente “la web”. Para mí Web 2.0 implica un cambio de rol: el usuario puede ser, si lo desea, emisor, además de receptor. Por eso los blogs, los wikis, Digg o Del.icio.us son 2.0.

Por casualidad, llego a un artículo de Baquía titulado “El web 2.0 ha muerto”, de Rogelio Bernal, que comienza con esta frase sentenciadora: “Al menos en Sillicon Valley, hablar de Web 2.0 es sinónimo de ‘aquí huele a muerto’”. Y sigue: “Y es que el uso del término en general es ya más un síntoma de idiotez que de otra cosa. (…) Los blogueros influyentes lo ridiculizan incluso aunque sea su pan de cada día”. Vamos, que el término “Web 2.0” ha muerto, según Bernal. El término, no lo que éste designa. Al menos en Estados Unidos, es lo que está pasando.

¿Y en España? ¿Qué está pasando? ¿Qué pasará? Dice Bernal que “en España y en nuestra cultura hispana en general sin embargo se seguirá usando. No como se usa ya hoy en los EEUU, donde insisto, es generalmente sinónimo de borreguismo, sino con entusiasmo y alegría”.

Será porque estoy en España, pero a mí no me parece tan grave emplear este término. Siempre, eso sí, que todos tengamos claro a lo que nos referimos. Poco importa cómo le llamemos, la revolución está en el planteamiento. Las palabras son útiles si designan una realidad más o menos común para todos. Cuando yo digo “mesa”, cada cuál se imagina una mesa, la que más le guste o disguste, pero todo el mundo me entiende. Sólo le pido al término “Web 2.0” que, cuando lo use, la gente me entienda.

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