¿Qué riesgos entraña tener un “negro” que nos escriba las entradas del blog corporativo? Christine Kent publica un artículo sobre el tema en la newsletter Media Relations Report Online de Ragan: Should you ghostwrite a blog for the CEO?
Ya hemos hablado a veces de la importancia que tiene la honestidad en la blogosfera y lo peligroso que puede ser mentir. Son conocidos los casos de Sony y la PSP, Wall-Mart, Vichy y Hewlett Packard, que podéis leer en Los blogs corporativos: una opción, no una obligación (pág. 18-20). Un blogger debe saber que si miente y es descubierto (seguramente lo será) le resultará prácticamente imposible recuperar la credibilidad. Vamos, que la cosa no es para tomarla a broma.
Pues bien, el artículo recoge opiniones de directores de comunicación y relaciones públicas que están en contra de que un blogger profesional suplante la personalidad del director general de turno. Nada nuevo. Lo que me ha sorprendido es leer la opinión de un “ghostwriter” profesional. Se llama Mikal Belicove, es de Utah y escribe blogs para diversos directores generales. Mikal explica que no es tan sencillo como escribir por escribir, sino que intenta conocer bien al directivo. Además, añade que en definitiva, los que finalmente apretan el botón de publicar son los que realmente firman los posts. Lo verdaderamente desastroso, asegura, es que los directivos no sepan lo que se está publicando en su supuesto blog.
También opinan otros dos profesionales de la comunicación que asesoran y ayudan a algunos clientes con blog. Dicen que les sugieren temas y el mejor momento del año para tratarlos y que a veces les echan una mano con el estilo. Allison Nazarian asegura que eso es “como cualquier otro tipo de periodismo”. Y no deja de ser cierto. ¿Acaso la edición de textos no es algo habitual en las publicaciones?
Desde mi punto de vista, no es lo mismo escribir posts en el nombre de otros que sugerir temas y hacer recomendaciones de estilo. Aunque no cabe duda que la verdadera esencia de los blogs es el tono personal y directo. Cuando converso con alguien, me gusta hacerlo de tú a tú, sin intermediarios. Y, al fin y al cabo, ¿no son los blogs conversaciones?