“Mis cuentas en redes sociales son mías”. “A mi empresa no le importa lo que yo publique en mis perfiles personales”. Ambas afirmaciones son ciertas, pero con matices. Por supuesto, tus cuentas personales son tuyas y puedes publicar en ellas lo que quieras, pero sabiendo que lo que publiques podrá tener consecuencias.
Y me explico: ¿puedes criticar a tu jefe en los pasillos o delante de la máquina del café? Poder, puedes, pero sabes que si lo haces te expones a que te oiga si justo pasa por delante en ese momento. Pues lo mismo pasa en las redes sociales: puedes criticar a tu empresa y eso puede ser motivo de despido.
Lo que no harías offline, es mejor que tampoco lo hagas online. Recuerda que un delito fuera de la Red también lo es en las redes, de la misma forma que la información confidencial lo es tanto en línea como fuera de ella. No puedes compartir un secreto industrial ni tampoco datos personales de tus clientes en Twitter o en LinkedIn. Las repercusiones serán las mismas que si los compartieras presencialmente con alguien.
Publica lo que quieras en tus redes pero analiza qué consecuencias puede tener
Tampoco basta con escudarse en esa frase que muchos ponen en sus perfiles: “mis opiniones son mías”, “views are my own” o “RTs aren’t endorsements”. Tus opiniones son tuyas, pero eso no te exime de tu responsabilidad al publicarlas. Si no te lo crees, aquí puedes ver un par de ejemplos:
A woman lost a NASA scholarship after getting into Twitter beef with a member of NASA’s space council https://t.co/nDxbijPUMW via @businessinsider pic.twitter.com/QnWp0PhKtR
— elvo (@ElvoKibet) 22 de agosto de 2018
Ya hace tiempo que muchas empresas preparan pautas de uso de las redes sociales para sus empleados, con consejos para saber gestionar y compaginar lo profesional y lo personal. Estas guías no buscan tanto prohibir como recomendar. Las empresas saben que está en juego su reputación, pues la reputación de todos sus empleados influye en la reputación corporativa.
Como dice Erin Bury, managing director de 88 Agency: “No digas nada ‘online’ que no quisieras plasmar en un anuncio espectacular con tu cara en él”. No se trata de autocensurarse sino de ser coherente con lo que uno publica.
En resumen: ¿el mejor consejo? Aplica el sentido común.
De todo esto y mucho más hablamos hace unos días en el Posgrado de Contenidos en Social Media de la Universitat de Barcelona, en una sesión sobre marca corporativa y marca personal en la que vimos cómo se interrelacionan ambas marcas en el ámbito digital y cómo podemos aprovechar los medios sociales tanto con fines corporativos como de personal branding.
Poner “mis opiniones son mías” no te exime de tu responsabilidad sobre lo que publicas
Imagen: Shutterstock/ Sunny studio
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