8 lecciones de comunicación que me ha enseñado mi hija de 20 meses

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Me encantó este post de Montse Carrasco sobre 5 cosas sorprendentes que le enseñó su embarazo. Y parece que me ha inspirado, porque muchos meses después de haberlo leído, hoy me he animado a escribir estas líneas.

De Laia, que ahora tiene 20 meses, aprendo cada día. Hoy comparto con vosotros 8 lecciones sobre comunicación que me ha enseñado desde que nació. Y puestos a hacer un homenaje, las pongo en su boca y luego añado algunos apuntes personales J

  1. La comunicación no verbal a veces lo es todo

Hasta hace nada, Laia apenas hablaba. Sin embargo, nos comunicamos desde el primer día J Una mirada, la forma de llorar, una caricia, un gesto… No solo las palabras comunican.

  1. Preocúpate por conocerme

Cuanto más tiempo inviertas en conocer a tu interlocutor, mejor lo entenderás. Cuando hablamos de forjar relaciones, el tiempo invertido nunca es demasiado y suele ser directamente proporcional a las posibilidades de conseguir una comunicación exitosa.

  1. Ponte en mi lugar

¿Os imagináis intentando convencer a un bebé de que coma pescado porque necesita esas vitaminas en su dieta para asegurar un crecimiento adecuado? No parece muy buena idea plantearlo así… Seguramente funcionará mejor si le dices que si se come el pescado, después podrá comerse de postre el yogur que tanto le gusta. Se trata de mostrarle los beneficios de la acción desde su punto de vista, no desde el tuyo.

  1. Háblame en mi lenguaje, ponte a mi nivel y no me grites

No soy de las que habla a los bebés con monosílabos o palabras inventadas, pero soy consciente de que a Laia he de hablarle con un vocabulario que pueda entender. Por otra parte, ahora que estamos viviendo la apasionante etapa de las rabietas, cuando se enfada intento recordar lo que nos dijeron en la guardería: “intentad poneros a su altura y hablarle con calma”. No siempre es fácil y no siempre funciona, pero os aseguro que gritarle desde arriba (desde nuestra altura) tampoco soluciona nada.

  1. Céntrate en mí

“No me has de hacer sentir especial, soy especial”, me dice a veces Laia con la mirada. Tu interlocutor es único y así ha de sentirse. Así que cuando te dirijas a él, dedícale la atención que merece: deja a un lado el móvil y cualquier otra distracción. Volviendo al segundo punto: si estamos hablando de relaciones, dedícale el tiempo que se merece.

  1. Ten paciencia

Eres tú, emisor, quien ha de tener paciencia con tu interlocutor, y no al revés. El receptor no tiene ninguna obligación de ser paciente contigo.

  1. Planifica, pero sé flexible

Establecer horarios y rutinas es muy importante para un bebé, pero has de saber que te va a tocar improvisar en más de una ocasión. Asúmelo: no puedes tenerlo todo bajo control.

  1. Mímame y quiéreme mucho

¿No decimos siempre que cada cliente es único? Pues si nos llenamos la boca diciendo esto, que se note. Quiere mucho a tu interlocutor y mímalo todo lo que puedas: seguro que te lo recompensará con creces.

BONUS TRACK: ¡el storytelling funciona!

Cuenta historias y te entenderán mejor. Si has llegado hasta aquí, no puedes negarme que esta historia que te estoy contando te ha enganchado. ¡Storytelling al poder!

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