A veces la inspiración llega cuando menos te lo esperas. Reconozco que me chifla ese momento en el que varias ideas conectan y todo parece encajar. ¡Es pura magia!
Hace unos días, viendo este vídeo del posgrado de comunicación interna del IL3 de la UB que os pongo a continuación y al que llegué por pura serendipia ya no recuerdo a través de qué red social, me llamó mucho la atención esta frase de Mònica Segura, responsable de comunicación interna en Esteve: dedicarse a la comunicación interna “es trabajar por y para las personas, con la fortuna de conocerlas, porque muchas veces trabajas para las personas pero nunca las ves». Además, ves la repercusión y la influencia de todo lo que haces rápidamente, en ocasiones casi en tiempo real, explica. Es cierto que es algo que no suele pasar en otros tipos de comunicación.
Los que nos dedicamos a esto de la comunicación solemos decir que hay que conocer a los públicos para que el proceso comunicativo sea un éxito. Y es cierto, pero no es fácil. Ahora, las redes sociales nos facilitan conocer a nuestros seguidores y nos permiten conocer mucho mejor a nuestra comunidad, pero no deja de ser una tarea costosa. Sin embargo, en comunicación interna, tienes a tu público muy cerca, a veces en la mesa de al lado. Aunque también puede estar en la otra parte del mundo, si trabajas en una multinacional, tienes mucho más fácil conocerle, saber qué le interesa o qué le preocupa.
[Tweet «Dedicarse a la #CI “es trabajar por y para las personas”, dice @albanta»]
Sé que ahora al leerlo es una obviedad, pero nunca me había planteado la comunicación interna desde esa perspectiva. Y esta idea conectó en mi mente con una anécdota protagonizada por mi peque días atrás. Estábamos en el «momento cuento» antes de ir a dormir, eligiendo el cuento de esa noche en un libro con varias historias. Lo eligió y me dijo: «hoy te lo cuento yo, mama». Sin darme cuenta, puse el libro mirando hacia ella, como siempre hago, y entonces ella me dijo: «no, mama, así no». Y mientras lo giraba hacia a mí añadió: «así ves bien los dibujitos».
Sí, sé que los niños repiten lo que ven, pero me pareció curioso que con tres añitos recién cumplidos se preocupara por el receptor del cuento, que en ese caso era yo. Qué le vamos a hacer, será una mezcla de deformación profesional y orgullo de madre, pero me fascinó. «Lo claro que tiene una niña de 3 años lo importante que es el receptor y qué rápido se nos olvida a medida vamos creciendo”, pensé. Ponerse en el lugar del receptor. Esa premisa básica para una buena comunicación. ¡Qué claro lo tienen los niños y qué suerte tienen los profesionales de la comunicación interna, que lo tienen más fácil!
Y hasta aquí mi momento «¡eureka!» interior. Como veis, es cierto eso que dicen de que las lecciones no siempre se aprenden en las aulas. Un vídeo de YouTube y una conversación con tu hija pueden ser muy inspiradores 😉 “¿A que sí?”, cómo diría Laia 🙂
[Tweet «Ponerse en el lugar del receptor es la premisa básica para una buena #comunicación (interna)»]