Este post es la traducción del artículo publicado hoy en el Bloc d’ESCACC
Cuando Alfons Cornella inventó el término infoxicación para referirse a la intoxicación informacional a la que estamos sometidos, Google no existía. Imaginad cómo han cambiado las cosas desde entonces. «La situación se hoy peor de lo que podíamos imaginar», reconocía el propio Cornella en 2005. Y esta sobrecarga informativa aumenta año tras año.
Según Sharenator, tardaríamos 14 años y 8 meses en leer la Wikipedia completa en inglés, unos 5.110 días, traduce ABC.es. «Tenemos más desinformaciones que nunca, ¡y gratis!», aseguraba recientemente el economista Max Otte en la Contra de La Vanguardia. Explicaba que hoy día tenemos más canales de televisión que nunca, más blogs, más fuentes de información, pero que estamos peor informados que hace 30 años. Algo está pasando.
Las cifras hablan por sí solas: cada día se suben 3 millones de fotos en Flickr, se publican 50 millones de tuits y 900.000 posts, según datos de Good.is e IBM que leo en Bitelia. Si deseas ver una representación más gráfica, sólo tienes que visitar el contador de Gary Hayes. Advertencia: puede resultar un poco estresante.
Cada año de vida equivale a 7 años en Internet, según dijo G. Iruzubieta en #TEDxSol (vía @pastanaga). Pero el problema es que el tiempo no se desdobla, ni en la Red ni fuera de ella. Tenemos el mismo tiempo que hace 30 años (el día tiene 24 horas), pero muchísima más información a mano. Lo difícil no es acceder a la información, sino ser capaz de procesarla, de digerirla, de interiorizarla.
Ser relevantes en un contexto saturado
Según un estudio de la Universidad de Berkeley, California, entre 1970 y 2000 se ha producido el equivalente a toda la información que los seres humanos habían producido desde los tiempos de la prehistoria. Entre 2000 y 2003, la cantidad de contenidos publicados equivale a los treinta años anteriores. Y en el futuro este volumen crecerá de forma exponencial: el 2020 será 50 veces más que la de 2003. ¿Cómo poner orden dentro de este alboroto? ¿Cómo separar lo que vale la pena del ruido? ¿Cómo conseguir destacar en medio de tanta información?
Vivimos, sin duda, en una economía de la abundancia, como explica Jeff Jarvis en “Y Google, ¿cómo lo haría?”. Y en este contexto, lo realmente complicado es captar la atención de los usuarios, los lectores, los consumidores. ¿Cómo diferenciar nuestros contenidos de los de la competencia? Ofreciendo calidad y contenidos relevantes, pero no hay ninguna fórmula mágica para lograr esto. En esta economia de la atención, el secreto es sólo uno: trabajo y más trabajo. Hay que esforzarse por conocer los gustos de nuestros clientes, por saber qué les interesa, por crear contenidos de calidad que los atraigan.
Consejos para superar la infoxicación
Otra cuestión clave es cómo acceder a todos estos contenidos sin perder ningún dato interesante y no morir en el intento. A las cinco estrategias para evitar la infoxicación que propone Carlos Fernández, sumo mis consejos personales:
- Utiliza un agregador de feeds, como Google Reader: no lee los artículos por ti, pero te ayuda a ordenarlos y que no se te escape nada.
- Selecciona: la tentación de suscribirte a todos los blogs del mundo es muy grande, pero sé realista, porque el tiempo es limitado.
- Identifica tus referentes (de los temas que te interesan) y síguelos. Blogs colectivos como este de ESCACC (y su newsletter) y webs sociales como mktfan, donde muchos usuarios comparten contenidos que consideran relevantes, también te pueden ayudar a seguir la actualidad (también te puedes adherir a su Manifiesto MktFan contra la Infoxicación).
- Establece tus criterios de fiabilidad. El último estudio Edelman Trust Barometer 2011 dice que la mayoría de personas necesita entre 3 y 5 fuentes para creer una noticia. Tienes que decidir qué criterios aplicarás para confiar o no en una fuente (puedes mirar su trayectoria, desde cuando publica, si lo hace con nombre real, qué dice a su perfil, quién lo enlaza …). Estas herramientas para valorar la autoridad de una fuente te pueden ayudar. Contrastar la información sigue siendo esencial.
- No es necesario leer todo ahora. Si descubres un artículo muy interesante y no tienes tiempo de leerlo ahora, guárdalo Read it later y allí te estará esperando más tarde.
- Guarda lo que te interesa en un gestor de marcadores sociales, como Delicious o Flinkin, donde podrás etiquetar la información y así te será más fácil recuperarla cuando la necesites.
- ¡Que la pantalla no te absorba! Como decía hace poco en Joan Planas en una sesión, estar en las redes sociales virtuales está bien, pero ¡no te olvides también de vivir la vida que hay ahí fuera!