Sean inicia su post preguntándose: “To blog or not to blog? That is the question”. La empresa podrá decidir no tener blog corporativo, pero no puede prohibir lo natural: que (alguno de) sus empleados bloguee. Ante esta realidad, veamos los motivos por los que la empresa no debería temer a la blogosfera. Tomo fragmentos de la traducción de Enrique, que me ha gustado mucho. También podéis leer el post completo de Enrique o el original de Sean.
Objeción 1. Productividad: “mis empleados ya tienen un trabajo a tiempo completo, no puedo permitirme que se pongan a bloguear”.
Argumentación de Sean: ¿Qué puede ser más importante que conseguir que tus empleados entren en conversaciones con las personas que usan tus productos y servicios? Y añade aquí un ejemplo personal, muy parecido al que explica Enrique: “si no bloguease, no podría ni dar las clases como las doy, ni mucho menos escribir todo lo que escribo”.
Objeción 2. Calidad: “¿Estás loco? ¿Contenido no controlado por el Departamento de Marketing?”
Argumentación: Sé realista: el mundo ya está generando contenido acerca de tu empresa y sus productos, y los motores de búsqueda proporcionan ese contenido sin dejar muchas veces claro si viene de ti o de algún otro sitio… Necesitas participar en eso. Tienes que aparecer por ahí y dejar que se oiga tu voz..
Objeción 3. Legal: “¿Estás loco? ¿Contenido no controlado por el Departamento de Asesoría Jurídica?”
Argumentación: No es una objeción absurda, es bueno asesorarse en estos temas, pero RECUERDA: el trabajo de Asesoría Jurídica debería ser el decirte CÓMO hacer las cosas, no el decirte que NO las hagas. ASESORAR, como su nombre indica, no RESTRINGIR. Algunos temas pueden tener su importancia, los contenidos de los comentarios, las políticas de privacidad, la información con posibles consecuencias bursátiles… pero no son temas imposibles ni vetados, pueden ser resueltos adecuadamente.
Objeción 4. “Demasiada transparencia”
Argumentación: Hablar del futuro cuando éste no está claro puede levantar expectativas que tú o tu compañía no podáis cumplir más adelante, algo que sería injusto a la vez contigo, con tu compañía y con tus lectores. Ser transparente te permite ganar la confianza de tus lectores, pero levantar falsas expectativas te hace perderla.
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