Aviso para directivos/as: no obliguéis a vuestro equipo a crear una web para denunciar sus condiciones laborales, como han hecho los trabajadores de Amazon en FACE (The Former And Current Employees of Amazon), donde explican que “Amazon is a great company for its customers. It’s about time that it became a great company for its really hard working employees as well”.
No es la primera vez que los amazonians recurren al anonimato para hacerse oír. ¿Recordáis el reportaje de The New York Times “Inside Amazon: Wrestling Big Ideas in a Bruising Workplace”? Como respuesta a ese artículo, Jeff Bezos, el CEO de Amazon, envió una carta a sus trabajadores en la que les recomendaba no tolerar prácticas como las que se recogían en el NY Times y abandonar la empresa si realmente se sentían así de maltratados.
¿Qué puede hacer una empresa para evitar llegar a situaciones como estas? Escuchar a sus empleados. La respuesta es sencilla, ¿verdad? Puro sentido común. El quid de la cuestión es cómo crear un clima de confianza en el que los trabajadores se sientan libres para expresarse. En un artículo de la Revista IESE Insight se dan algunos consejos para lograrlo.
Según un estudio citado en este artículo, el 85% de los trabajadores no se ha sentido capaz de compartir un problema o una inquietud con sus jefes al menos una vez a lo largo de su carrera profesional. ¿Os imagináis las repercusiones que puede tener esto? En el artículo listan algunas:
- Pérdida de información relevante para la empresa, que le permitiría identificar problemas y prevenir crisis.
- Impacto negativo en la innovación y la colaboración entre los trabajadores.
- Disminución de la productividad, al trabajar con miedo.
- Aumento del estrés para los trabajadores.
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¿Y cuáles son los principales motivos que conducen al silencio dentro de la organización?
- El miedo: los empleados temen las consecuencias negativas de compartir sus ideas con sus jefes, que pueden ir desde el enfado hasta el despido. También temen ser etiquetados como personas conflictivas.
- El pensar que no sirve para nada: si crees que dar tu opinión no va a tener ningún efecto, ¿para qué arriesgarte a hablar?
- No tener la solución: por aquello de “no me traigas problemas, dame soluciones”, ¿para qué vas a compartir un problema con tu jefe si no sabes cómo resolverlo?
Y tras analizar las consecuencias y las causas de que los trabajadores no se atrevan a hablar, aquí están los consejos para dar voz a los empleados que anunciaba al principio del post:
- Aprende a escuchar y evita ponerte a la defensiva cuando un colaborador comparta un problema contigo.
- Fomenta que todos hablen y no permitas que nadie monopolice las reuniones.
- No exijas soluciones inmediatas, pues no todos los problemas las tienen. Hay que dar tiempo para analizar la situación y poder encontrar la solución.
- Nombra a un defensor del empleado al que los trabajadores puedan acudir para exponer sus ideas.
- Reduce la distancia psicológica que generan las jerarquías. Promover un organigrama más horizontal ayudará a conseguirlo. Otras prácticas como calificar de “valiente” al trabajador que alerta de un problema en lugar de etiquetarlo como “conflictivo” también son útiles.
Fomentar la participación de los trabajadores es uno de los grandes retos de la dirección de empresas, en el que el departamento de comunicación interna tiene un papel clave. Crear espacios de intercambio en los que los empleados puedan expresarse sin miedo, e incluso de forma anónima, es esencial para evitar que se creen muros dentro de la organización. Si no existen espacios de conversación, los trabajadores crearán foros alternativos, como hemos visto en el ejemplo de Amazon.
Como escriben Frances J. Milliken y Larisa Tatge en el artículo del IESE Insight: hoy “el trabajo se basa cada vez más en el conocimiento, por lo que el intercambio de información es esencial para la innovación y la resolución de problemas”.
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