Hace unos meses, en la revista Tendencias de Randstad me pidieron que escribiera un artículo sobre las competencias necesarias para sobrevivir en el entorno digital, para incluirlo en un monográfico sobre El nuevo perfil de los profesionales españoles que estaban preparando. Mi colaboración se centra en una idea que a los que seguís Blog-o-corp ya os sonará: la importancia de la actitud digital.
Ha sido un placer volver a colaborar con esta publicación. En el año 2007 publicaron un número sobre Comunicación interna 2.0 y me invitaron a escribir un artículo sobre el estudio “Los blogs: una opción, no una obligación” que acabábamos de publicar en colaboración con el centro e-Business Center PwC&IESE. ¡Y parece que fue ayer!
Aquí os dejo el artículo completo y la versión digital de la revista Tendencias, por si os interesa leer el resto de reportajes (este artículo aparece en las páginas 20 y 21):
Guía de supervivencia profesional en el entorno digital
Últimamente se habla mucho de community management, de medios sociales y de los nuevos profesionales que demanda este contexto cambiante. Más allá de los cargos que pueden crearse en respuesta a las nuevas necesidades de la empresa, y de la formación que prepara para desempeñarlos con éxito, es clave entender cuáles son las competencias necesarias para sobrevivir en este entorno laboral en continuo cambio.
Cuando algún profesional del ámbito de la comunicación y el márketing que está en proceso de reinvención me pregunta: ¿qué puedo hacer para acceder a uno de estos nuevos puestos de trabajo?, ¿cómo me preparo?, suelo comentarles los cursos y posgrados que conozco, pero sobre todo insisto en que el primer paso es la actitud. Y creo que la respuesta es aplicable a cualquier sector.
Competencias para un nuevo entorno
Existe una serie de competencias que son clave para adaptarse al nuevo contexto laboral. Si queremos trabajar en el entorno 2.0, obviamente es importante conocer los medios sociales: qué son, cuáles son, para qué sirven y cómo los podemos aprovechar. El aprendizaje continuo se perfila como otro de los aspectos críticos: en un entorno tan cambiante como el digital, nunca se deja de aprender, porque cada día aparecen nuevas herramientas y servicios.
Como vemos, la flexibilidad y la capacidad de adaptación son esenciales en un momento en el que los cambios son una constante (y lo seguirán siendo, según los expertos). Hemos de olvidarnos del “trabajo para toda la vida” y concebir nuestra trayectoria profesional de forma dinámica.
Por supuesto, en este contexto, la creatividad y la innovación suman más que nunca. Ser capaz de buscar nuevas respuestas para nuevos (y viejos) problemas. En la misma línea, se necesitan profesionales proactivos capaces de tomar la iniciativa. En Internet, la estrategia reactiva no funciona y es mejor tomar las riendas, siempre valorando los posibles riesgos que puedan derivarse de estas acciones.
Ser capaz de trabajar en equipo y a distancia se convierte en indispensable, algo que las nuevas tecnologías facilitan enormemente. Esto permite, además de aprovechar mejor el tiempo, al evitar desplazamientos innecesarios, aprovechar mejor el talento, esté donde esté, y poder contar con los mejores profesionales para cada proyecto. En este contexto, saber gestionar bien el tiempo resulta crítico. Sin una buena gestión, el profesional puede acabar desbordado por la abundancia de canales de comunicación existentes y de contenidos disponible. La información se multiplica, pero el día sigue teniendo 24 horas, y en principio nadie quiere dedicarlas todas a trabajar. Hay que aprender a distribuir adecuadamente el tiempo de la jornada laboral entre todas las tareas a realizar.
Ante este exceso de información a solo un clic de distancia, es esencial contar con capacidad crítica para separar el grano de la paja. Sólo así se puede navegar en el exceso de información sin perder el rumbo.
El profesional debería tener una mentalidad abierta y estar predispuesto al cambio tecnológico. El miedo no lleva a ninguna parte y solo nos paraliza. Además, no hay razones para temer a la tecnología: es ella la que está a nuestro servicio, y nunca al contrario. Tener la mente abierta y ser receptivo ayudan a estar siempre al día.
Ser digital
Como decíamos al principio del artículo, la actitud es lo más importante en el contexto digital. Ser un profesional 2.0 no es una etiqueta ni un título que se consiga al finalizar un programa, es una actitud. Por supuesto que la tecnología tiene un papel protagonista en este nuevo contexto, pero es sólo una herramienta que, por sí sola, carece de valor. Lo verdaderamente importante es el uso que le demos y lo que seamos capaces de hacer con ellas.
Los medios sociales ofrecen una nueva oportunidad para los profesionales y también para la empresa. El profesional de hoy y de mañana ha de ser proactivo, estar predispuesto al cambio y tener una actitud positiva ante las novedades tecnológicas. Esta actitud digital es clave: todo lo demás, se puede aprender.