Vaya por delante que me gusta mucho Lego, pero me ha sorprendido descubrir que la marca tiene una doble vara de medir o al menos eso es lo que parece. Hace unos días, el artista y activista chino Ai Weiwei denunciaba en Instagram que la empresa danesa se había negado a suministrarle piezas para hacer unos retratos, algo que Weiwei ha calificado de «censura y discriminación». El artista quería retratar a una treintena de activistas australianos que han luchado por los derechos civiles y exponer las obras en la National Gallery de Victoria, en Melbourne, en la muestra «Andy Warhol / Ai Weiwei».
¿Los motivos de Lego para no venderle el material? La «naturaleza política» del trabajo. Según ha explicado la marca en un comunicado: «Como una empresa dedicada a repartir grandes experiencias de juego creativo a los niños, nos abstenemos -a nivel global- de participar o apoyar de forma activa el uso de piezas de LEGO en proyectos o contextos de una agenda política. Este principio no es nuevo».
Sin embargo, Weiwei apuntaba otros posibles motivos en su cuenta de Instagram: «On Oct 21, a British firm formally announced that it will open a new Legoland in Shanghai as one of the many deals of the U.K.-China «Golden Era.» La apertura de un parque temático de Lego en Shanghái podría tener relación con la reacción de la marca, puesto que Weiwei es un conocido opositor al Gobierno de Pekín y ha criticado en varias ocasiones las violaciones de los Derechos Humanos por parte de China.
Resulta sorprendente la negativa de Lego (aplaudida por el régimen chino), porque hace un año Weiwei usó sus piezas para un proyecto similar: hacer retratos de 175 disidentes que fueron apresados o se vieron obligados a exiliarse, desde Nelson Mandela a Edward Snowden, y los expuso en la antigua prisión de Alcatraz, cerca de San Francisco. Entonces Lego no puso ninguna objeción. Lego ha aclarado que «cualquier persona individual puede naturalmente adquirir ladrillos de LEGO a través de canales de venta normales o acceder a ellos a través de otras maneras para crear sus proyectos LEGO si así lo desean, pero como compañía, hemos elegido abstenernos de la participación activa en estas actividades». Ante la negativa de Lego a atender el pedido de Weiwei, muchos fans se ofrecieron a donar piezas y el artista ha anunciado que habilitará puntos de recogida de Lego en diferentes ciudades (ya se ha abierto el primero en la National Gallery of Victoria, el espacio que iba a acoger la muestra del artista). El artista ha anunciado que con estas donaciones hará un nuevo trabajo para defender la libertad de expresión y el arte político. Y ha respondido a Lego de forma muy gráfica:
Hace unos meses, Lego rechazó la propuesta de crear una serie de figuritas para homenajear a las cuatro juezas de la Corte Suprema de Estados Unidos alegando también motivos políticos, aunque poco después, debido al «fuerte apoyo público» que había recibido la idea, aceptó la sugerencia con la condición de no personalizar las figuras.
Sin embargo la marca danesa no impidió el uso de sus piezas en este vídeo de Greenpeace contra Shell, con el que la asociación ecologista presionó a Lego para que se desvinculara de la petrolera (y lo consiguió):
El vídeo tuvo más de siete millones de visualizaciones y consiguió que Lego respondiese a Greenpeace y, de hecho, criticara los métodos usados por la asociación ecologista:
«Our stakeholders have high expectations to the way we operate. So do we. We do not agree with the tactics used by Greenpeace that may have created misunderstandings among our stakeholders about the way we operate; and we want to ensure that our attention is not diverted from our commitment to delivering creative and inspiring play experiences.»
Lego se ha desvinculado de la campaña de Greenpeace:
«We do not want to be part of Greenpeace’s campaign and we will not comment any further on the campaign. We will continue to deliver creative and inspiring LEGO play experiences to children all over the world.»
Pero no ha obligado a retirar el vídeo. ¿Ha querido Lego evitar la polémica que hubiera supuesto pedir la retirada del vídeo? ¿Ha temido el impacto negativo que esto podría haber tenido en su reputación, como apunta Luis Serrano en el blog de Llorente & Cuenca? ¿O tiene Lego una doble moral? Sea como sea, me parece un comportamiento incoherente. ¿Vosotros cómo lo veis?
[Tweet «Lego niega la venta de piezas a un artista pero no pide la retirada de un vídeo de Greenpeace ¿Doble rasero? «]