Este post es la traducción del artículo publicado hoy en el Bloc d’ESCACC

Cuando estudiaba periodismo, trabajar en un gabinete de prensa no era «ser periodista». Como mínimo, para los compañeros de clase. Recuerdo que empecé a hacer prácticas en un departamento de comunicación y algunos compañeros me miraban como si hubiera traicionado la profesión. Yo siempre había querido trabajar en un diario, pero vi en la comunicación corporativa una posible salida profesional, y me gustó tanto que incluso hice un máster para profundizar más en el tema.

Hoy en día todavía se habla de los departamentos de comunicación como «el lado oscuro» del periodismo, pero me sorprende que otras nuevas ocupaciones también vengan a sumarse a este periodismo que algunos consideran de segunda. Y me estoy refiriendo a los medios sociales.

Hace unos días leía en un artículo de El País que la mitad de los community managers (CM) tienen formación en comunicación o marketing (este es uno de los temas sobre los que se pregunta en la encuesta que hemos puesto en marcha sobre los sueldos y la formación de los CM). Pensé que era una buena noticia para los estudiantes de periodismo, pero creo que muchos no lo ven así.

Sira Coll, community manager de varios sellos de Planeta, explica en este artículo que el CM “es la evolución de jefes de prensa y relaciones públicas, que gestionan los medios dentro y fuera de la Red y las redes sociales”. Y concreta que ella tiene “las mismas responsabilidades que antes de Facebook más la gestión de la reputación en Internet de los sellos”. Me parecieron unas definiciones muy acertadas, así que decidí compartirlas con los estudiantes de periodismo.

Pero me da la sensación de que ellos no ven estas nuevas profesiones como una oportunidad laboral, sino que muchos recelan de los medios sociales como una posible salida profesional. Quizás esto se deba al idealismo que muchas veces acompaña a los años de universidad. Lo que me preocupa es que sea una cuestión de etiquetas, que sea la misma definición de lo que es y lo que no es periodismo lo que nos limite y nos ponga barreras que puedan afectar negativamente a nuestro futuro profesional.

Precisamente sobre la necesidad que tenemos de poner etiquetas a todo lo que nos rodea hablaba hace poco en mi blog en un post donde me preguntaba por qué muchas personas hablan de marketing de contenidos para referirse a una práctica que yo considero redacción.

Llamar a las cosas por su nombre es importante, quizás tan importante como tener una actitud abierta ante la vida y, en especial, ante nuestro futuro profesional. ¡No nos dediquemos a cerrarnos puertas obsesionados con lo que puede o no puede hacer un periodista! Aprovechamos las habilidades y conocimientos que nuestra formación nos brinda para abrirnos nuevos caminos profesionales.