¿La Administración debería gestionar su reputación digital?

Este artículo es la traducción del post que se ha publicado en Gencat Bloc, el blog de la Generalitat de Catalunya.

En la Guía de usos y estilo en las redes sociales de la Generalitat de Cataluña se dice: «Se debería evitar participar en acciones o movimientos que puedan suscitar una degeneración de la reputación de la Generalitat y los servicios que ofrece». Aunque la Guía se centra en el ámbito digital, cuando se habla de «la reputación de la Generalitat», no se concreta si se refiere a la reputación online u offline, y es que la participación en la Red no sólo afecta a nuestra reputación digital, sino también la no digital.

Los medios sociales nos dan voz y facilitan que nos hacemos visibles en la red. Y eso puede tener un impacto muy positivo en nuestra reputación (digital y no digital). ¿Por qué no aprovechamos la oportunidad?

En realidad, reputación sólo hay una. La reputación es un concepto amplio que engloba dos dimensiones: la online y la offline,. Reputación es sinónimo de prestigio, es cómo nos perciben los demás. ¿Y en qué se basan los demás para formarse esta opinión de nosotros? En dos factores:
– Lo que nosotros hacemos y decimos
– Lo que los demás dicen de nosotros

A partir de la suma de toda esta información la persona se crea una opinión y esa es nuestra reputación, aplicable tanto a Internet como fuera de la Red. Reputación hemos tenido siempre. La principal diferencia es que ahora podemos participar activamente en la gestión de nuestra reputación digital. Gracias a los medios sociales podemos crearnos un blog que sea el altavoz de nuestras ideas, hacer difusión de lo que nos interese a través de las redes sociales, conversar con otras personas a través de Twitter o Facebook, etc. Así estaremos contribuyendo a dotar de contenido la primera parte de la suma: lo que nosotros decimos.

Nunca podremos controlar qué dicen los demás de nosotros (ni dentro ni fuera de la Red) pero podemos ser activos en la parte que sí podemos controlar: nuestras palabras y acciones. Si hacemos una reflexión sobre quiénes somos y cómo nos gustaría que los demás nos vieran (a partir del análisis de nuestros puntos fuertes y débiles), podemos definir nuestros objetivos y trabajar activamente nuestra presencia en la Red de forma estratégica.

Además, si hacemos una escucha activa de lo que está diciendo en la Red sobre nosotros, detectaremos las menciones que nos hacen y podremos decidir cómo actuamos: si respondemos o no, si es necesario aclarar algún aspecto, etc.

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